Lionel Andrés Messi cambió de manera total su
vínculo y relación con la selección. Si antes se recluía en su mundo con un deje de
frustración, ahora se involucra de lleno y es la principal voz cantante dentro
de la cancha. Piensa, grita, ordena, desequilibra, se divierte y
hasta se pelea (con rivales y árbitros). Ahora sí, juega con la sangre caliente que le reclamaba el hincha argentino (atrás quedaron los cánticos negativos en la cancha de Colón, la eliminación en la Copa América y la frustración del Mundial de Sudáfrica). Son otros aires, salió de la asfixia acosadora de la prensa y de la lupa amenazante del pueblo de la celeste y blanca... hasta el propio técnico de la Argentina, Alejandro Sabella expresó que "habría que buscar
un adjetivo distinto para Messi en la Real Academia Española".
Hoy es el mandamás, el conductor, el capitán, el cerebro... "el intelectual", el que jamás se puso presión alguna sobre sus espaldas.
Si abrimos el diccionario y buscamos el significado de intelectual dice que: es el que se dedica al estudio y la reflexión crítica sobre la realidad, y comunica sus ideas con la pretensión de influir en ella, alcanzando cierto estatus de autoridad ante la opinión pública. Y este es el adjetivo que más lo carateriza al crack rosarino. Pero, ¿por qué?
Porque además de ser un superdotado en su materia, sobresale entre los mejores con su habilidad y gracias a su aptitud innata se convierte en un referente a seguir. No por su mayor virtud que es la de jugar al fútbol, sino por sus valores como persona. Messi no sólo ha demostrado que es uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, también contagia con su sencillez, humildad, solidaridad, respeto, responsabilidad y esto lo pone aún más como Nº 1. Es el ejemplo del buen deportista.
Ahora bien, una de las particularidades inconfundibles que tiene "La Pulga" como intelectual es cuando se rasca la sien o la pera; se ruboriza con su mirada cómplice cuando inventa una jugada inexplicable; pone la mano en su cabeza como el Pensador de Rodín una y otra vez; en los entrenamientos, de vacaciones, dentro del partido cuando no le sale una jugada, al ejecutar un tiro libre, al festejar un gol o cuando responde en conferencias de prensa. Estudia sus botines, perfecciona sus golpes a la pelota, duerme con ella, hasta en la playstation es un profesor aplicado... es un obsesivo del fútbol, un cráneo... rasgos típicos de la intelectualidad y personalidad.
Leo es el Van Gogh del postimpresionismo... con este estilo los postimpresionistas intentaron llevar más emoción y expresión a su pintura; el deseo de reflejar fielmente la naturaleza y eso es lo que hace la "Pulga" con sus pies. Pinceladas que hacen sucumbir a todos los espectadores, presentes o no. Deleita, emociona, electrifica a la afición y causa placer sus genialidades con la pelota. Un animal del gol con la mirada siempre fija en el arco rival.
Como dijo Dante Panzeri en su idea del fútbol como "dinámica de lo impensado", es otra de las teorías inexplicables que presenta Messi. Partido tras partido no para de sorprendernos y maravillarnos, sea con una gambeta, un pase, un tiro libre... se mete en situaciones complicadas y sale sin inconvenientes con una sutileza cuando menos lo imaginamos.
La dinámica es la parte de la física que describe la evolución en el tiempo de un sistema físico en relación con las causas que provocan los cambios de estado físico y/o estado de movimiento. No obstante, Aristóteles definió el movimiento, lo dinámico como: "La realización acto, de una capacidad o posibilidad de ser potencia, en tanto que se está actualizando".
Una explicación más para demostrar que Messi es un intelectual. El 10 del Barcelona y de la selección cumple a rajatabla con estas definiciones. Es un erudito en todas las materias y el más estudioso de su gran pasión y amor, el fútbol y la pelota.
Messi rompe contra todos los pronósticos, de amantes y detractores. Él hace la suya, no entra en polémicas, no se preocupa por lo que dicen o lo que hacen los demás. Solo quiere jugar al fútbol y luchar por el éxito de su equipo.
Hace 8 años, más precisamente el 16 de octubre de 2004, Leo Messi debutaba con 17 años en un partido oficial con el Barcelona. "La Pulga", sustituyó a Deco en el 82' y dejó algunos vestigios de jugador grande en el triunfo del Barcelona ante el Espanyolpor 1 a 0.
Tras el encuentro, su padre Jorge Messi le dijo: “¿Pero sos una máquina o un ser humano? ¿De verdad no tuviste nervios, no te temblaron las piernas?”, preguntó sorprendido a su hijo. Leo sin embargo y con total naturalidad le respondió: “No, viejo, yo solo quería entrar y jugar... ¡Mirá si metía el gol!, tiró "La Pulga". “Yo intento jugar al fútbol y divertirme. La verdad que la presión no la siento”.
Así fue la presentación de Messi ante el mundo mediático. Tranquilo y de perfil bajo, sin presiones. Nunca se mareó y siempre con los pies en la tierra.
Desde entonces la progresión y proyección de "La Pulga" ha sido asombrosa. Suma 21 títulos, 318 goles y va camino de su cuarto Balón de Oro. Basta de comparaciones, Diego Armando Maradona fue el padre futbolístico del planeta fútbol y no lo olvidamos, Messi es el sucesor... hay que celebrar y disfrutarlo.
Hoy, los 25 años y ser papá (el mejor premio que puede recibir un hombre), alcanza a Messi en su esplendor deportivo, una madurez que le permite no perder la ilusión y seguir soñando con salir campeón del mundo con la Argentina.
Los amantes del universo fútbol tienen que estar felices y agradecidos de ver este tipo de fenómenos que no suceden muy a menudo. Estudios, ensayos, pensamientos, teorías, leyes, teoremas, análisis, críticas, crónicas o debates se seguirán haciendo, mientras tanto la leyenda de Messi "el intelectual" sigue viva.
Brindemos por eso.